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CERTIFICACION DE CALIDAD NCh2056 y NCh3268, POR IDIEM de Univ. de Chile.

Criterios Profesionales

Los criterios legales que existen contienen las condiciones mínimas que debe reunir un sistema de detección automático para que cumpla la función para la que son exigidos.

Sin embargo, es evidente que en muchos casos queda un amplio campo de elección de características del sistema, que el que adquiera o diseñe la instalación debe adaptar al riesgo que quiere o debe proteger.

A continuación se pretende analizar algunos de estos aspectos técnicos, casi a nivel de reflexión o lista de chequeo, como intento de proporcionar una herramienta útil a los prevencionistas y clientes, para una mejor adaptación del sistema.

Los aspectos a contemplar serán: la elección del detector y sus problemas de emplazamiento, las líneas o cableado que unen los detectores con la central y la misma central.

* Elección del tipo de detector y su emplazamiento

La influencia de las variables sobre los resultados de la elección se esquematizan para su mejor comprensión.

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A su vez las variables y resultados están en muchos casos interrelacionados.

Reflexiones

1.- El tipo de material incendiable condiciona la elección del tipo de detector según se prevean sus efectos de combustión en los primeros momentos.

Tipo de material: sólido (madera, plástico o metal); liquido (alcohol, grasa, aceite, gasolina, etc.); gas (acetileno, hidrógeno, etc.); instalaciones eléctricas.
Forma en que se presenta: bloques grandes o partículas, pilas elevadas o extendidas, recipientes grandes o pequeños.

2.- Los efectos perturbadores ya se han comentado anteriormente.

3.- La concentración de valores influye sobre la sensibilidad del detector y su cobertura. Por ejemplo, no es lo mismo proteger papel moneda que periódicos, un armario eléctrico en una oficina o en un quirófano, un local industrial o un asilo u hospital.

4.- La altura del techo condiciona el tipo de detector, su sensibilidad y la cobertura.

5.- La forma del techo condiciona la cobertura por detector y su emplazamiento. Según la forma de los techos: inclinados, a dos vertientes, en diente de sierra, con jácenas, cuadrículas o celosías, pueden acumular o dispersar humo y temperatura.

6.- De una forma aproximada se puede estimar que la distancia máxima entre detectores es 1,2 en general y 1,6 para pasillos, siendo S la superficie en m2 cubierta por detector.

* Líneas o cableado

Unen a los detectores entre sí y a la central.
Suelen tener dos hilos y a veces tres según modelos comerciales.

7.- Los detectores deben conectarse de manera que puedan vigilarse, es decir, en una línea sin ramificaciones.

* Varios

8.- El zócalo debe ser intercambiable de forma que si cambia la actividad a vigilar, pueda cambiarse el detector.

9.- Cuando una misma línea cubre distintas zonas compartimentales, es conveniente que los detectores posean indicador de acción (señal luminosa que se enciende en el detector que ha dado el aviso).

10.- En locales donde se manejen inflamables, los detectores, zócalos y líneas deben tener características antiexplosivas según la instrucción complementaria MIBT 026 de R.E.B.T.

* Elección de la central de detección

La influencia de las variables sobre los resultados de la elección se esquematizan para su mejor comprensión.

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Reflexiones

11.- Si el riesgo ocupa mucha superficie, o está muy compartimentado, una alarma fácilmente localizable exigirá muchas líneas.

12.- La localidad, dotación y tiempo de intervención de las ayudas externas (bomberos o empresas vecinas), el tipo de ocupación a lo largo de las diferentes horas del día y la accesibilidad a los diferentes sectores de incendio, condicionará el plan de alarma confiado a la central y las funciones o mandos que en cada momento debe comandar.

* Requerimientos de la central de detección

La central de la instalación de detección puede originar una serie de señales de alarma o comandar acciones.

13.- Señal óptica de alarma que localice la zona de fuego, dirigida al vigilante del puesto de control.

14.- Señal acústica de alarma (1º nivel) dirigida al vigilante del puesto de control de aviso de detección. Debe ser silenciable con pulsador.

15.- Señal óptica y acústica de alarma (2º nivel, más potentes que las anteriores), en caso de que el vigilante no haya acudido, (tras un tiempo prudencial), a desconectar la alarma de 1er nivel. Esta señal se produce también automáticamente en caso de que el vigilante, tras inspeccionar el fuego no rearme la central en un cierto tiempo. De esta forma se prevé la lesión o fuga del vigilante.

16.- Señal óptica y acústica de avería (diferentes de las de alarma), que localice la ubicación de la misma.

17.- Proporcionar energía suficiente para el funcionamiento de la instalación aún en caso de fallo de la red eléctrica. Suele conseguirse disponiendo baterías al pie de la central, recargadas y vigiladas por la misma central. El tiempo de autonomía varía según legislación.

18.- Poder desconectar individualmente cada línea de detectores para efectuar pruebas, sustituciones o mantenimiento sin que se produzcan falsas alarmas.

Son posibilidades a considerar:

19.- Señalización de líneas puestas fuera de servicio voluntariamente.

20.- Señalización de estado de pruebas. Por ejemplo, en caso de pruebas de detectores, que deben dar señal a la central pero no alarma acústica.

21.- Transmisión de la alarma a distancia, (bomberos, director de la empresa, etc.).

22.- Variación de señales y funciones de día o de noche.

23.- Pulsador de prueba de buen estado de funcionamiento de lámparas.

24.- Disparos de extinciones fijas.

25.- Apertura de exhutorios, salidas de evacuación, luces de emergencia y señalización, etc.

26.- Cierre de salidas de aire acondicionado y/o ventilación.

27.- Parar maquinaria o aire acondicionado.

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